En tiempos de la peste la violencia afloraba entre la comunidad.
Había distintos tipos de violencia: violencia contra las
prostitutas, violencia legal de las medidas sanitarias, violencia
para mantener el orden ejemplificada con el levantamiento de las
horcas etc.
Entre los castigos infligidos por quebrantar las leyes podemos
destacar: azotes, destierros, multas, galeras e incluso en las
infracciones más severas la pena capital.
Las infracciones que se van a producir en estos momentos van desde
burlar los periodos de cuarentenas a falsificar cédulas sanitarias.
Relacionado con esto vamos a observar una gran cantidad de sobornos a
sanitarios para que hagan la vista gorda en determinados aspectos.
Los delitos más corrientes eran los producidos contra la propiedad,
en su mayoría soldadesca entremezclada con gente de mala reputación,
estos no dudaban en saquear viviendas de personas ausentadas o
muertas. Estas acciones desde la perspectiva sanitaria eran un grave
contratiempo puesto que suponía que los objetos que habían estado
en contacto con los enfermos circularan por la ciudad sin ningún
tipo de control.
Los enterradores tenían muy mala reputación y eran acusados de
arrojar a fosas enfermos que todavía seguían vivos o robar a los
muertos.
La mayor parte de la población ocultaba a sus enfermos para evitar
la ruina, puesto que la enfermedad suponía una serie de gastos a los
que pocos podían hacer frente.
En el imaginario colectivo se tenía la impresión de que la peste
podía fabricarse artificalmente, existe una creencia de la brujería.
Podriamos decir que existía una verdadera obsesión por el complot,
existía una verdadera creencia en los llamados "envenenadores".
Con la peste de Barcelona de 1589 llegó un personaje de origen
francés llamado Bernat Rigaldía. Al comienzo este era visto con
buenos ojos y cada vez estaba más solicitado para los trabajos de
desinfección de enfermos, sin embargo con el paso del tiempo sería
acusado de sanar exclusivamente a quienes podían permitirse sus
servicios y se fue convirtiendo en un personaje cada vez más molesto
incluso para las propias autoridades de la ciudad. Algunas voces al
final de todo este proceso le señalaban como un brujo por toda esa
atmosfera de misterio que le perseguía. Finalmente este fue acusado
de responsable de la existencia de la peste en la ciudad y capturado
junto a sus colaboradores, tiempo después fue asesinado y su cuerpo
mostrado ante distintos edificios de la ciudad como gesto simbólico
de reparación por todo el daño causado durante su estancia.
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