El triunfo de la muerte

El triunfo de la muerte

viernes, 5 de diciembre de 2014

El tabardillo

Junto a la viruela y el sarampión el tabardillo (denominación española del tifus) fue una de las enfermedades epidémicas que asolaron el Nuevo Mundo.

La introducción del virus tuvo lugar en junio de 1526 con la llegada a Veracruz de Luis Ponce de León procedente de Sevilla. Este fue enviado por Carlos V a estas tierras para realizar una investigación sobre las prácticas que estaba realizando Cortés en el continente. Poco tiempo después de llegar a estas tierras falleció Ponce de León. El primero en hablar de tifus en relación con la muerte de este personaje fue Francisco López de Gómara. Gran parte de la tripulación que viajó con Ponce de León murió en un corto periodo de tiempo.

La segunda epidemia de tifo exantemático tuvo lugar en México central en el año 1545, se propagó y se mantuvo hasta 1548. En referencia a los síntomas de la enfermedad podemos destacar: fiebre y hemorragia de ojos, boca, nariz y ano. La mortalidad de esta enfermedad era muy elevada, por ejemplo el dominico Fray Agustín Dávila Padilla daba una cifra de 800.000 muertos.

Casi treinta años más tarde en 1576 tuvo lugar otra epidemia, los síntomas eran hemorragias de los orificios corporales. A una fiebre muy alta le solía seguir la muerte al cabo de seis o siete días.

Incluso con estas enfermedades se tenía una visión de que las tierras volverían a llenarse de bestias salvajes y montes silvestres puesto que los nativos se estaban extinguiendo y los españoles no eran suficientes en número.

Una de las consecuencias de este descalabro demográfico es la caída en el tráfico comercial, esto se debía tanto a la caída de compradores como por la carencia de mano de obra indígena en la producción de riqueza en la zona.

En 1595 hubo otro brote en México central, algunos como el franciscano Gerónimo de Mendieta afirma que la enfermedad llegaba entremezclada con sarampión y paperas, a pesar de esto la incidencia en el número de muertos fue menor, esto hace pensar que los indígenas se habían vuelto más resistentes inmunológicamente a la enfermedad.

El sarampión, la viruela y el tifus no fueron las únicas enfermedades que asolaron a los indígenas, por ejemplo tenemos noticias de otras enfermedades que van a afectar especialmente al mundo infantil. Podemos destacar la epidemia de garrotillo o difteria que se produjo en Quito en 1606, la primera epidemia de rubéola en Peru en el año 1619 etc.

En cuanto a los ciclos epidémicos por ejemplo el sarampión se daba cada 15 o 20 años. La viruela por el contrario se producía en intervalos entre 40 y 50 años, igual frecuencia tenía el tabardillo. El peor momento se producía cuando varías epidemias coincidían como ocurrió entre los años 1576-1591.

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