El triunfo de la muerte

El triunfo de la muerte

domingo, 7 de diciembre de 2014

Las grandes asesinas americanas

Con la consolidación del proceso de conquista del Nuevo Mundo un grupo cada vez mayor de población va a aventurarse a cruzar el oceano huyendo de las epidemias, el hambre o el miedo a las levas forzas y persecuciones inquisitoriales. Entre los grupos de población podemos destacar a los artesanos urbanos, los pequeños propietarios rurales, pequeños hidalgos y religiosos.

Para los aborígenes las enfermedades más letales eran tres: sarampión, viruela y tifus.

En cuanto al sarampión es en extremo una enfermedad muy contagiosa, tras un periodo de 10 a 12 días se origina un cuadro febril, malestar general o dolor de cabeza. El origen pudo estar en la ciudad de Sevilla. Fray Toribio de Molotinía fija su introducción en el continente en 1531, posteriormente se fue propagando por los diversos territorios.

La viruela que se introdujo entre diciembre de 1518 o enero de 1519 es la que va a suponer un elemento fundamental en el proceso de conquista por parte de los españoles, algunos autores afirman que en dicho proceso la viruela fue incluso más importante que la pólvora. Esta era una enfermedad infecciosa muy contagiosa. Tenía un periodo de incubación de unos 12 días en los cuales no se manifestaba signo externo de la enfermedad pero esta podía ser contagiada, a partir de entonces aparecía un malestar general con fiebre que duraba de 4 a 6 días, entonces descendía con la aparición de los exantemas. Mortalidad muy elevada dependiendo de la variedad de la enfermedad. No solo suponía un importante problema por los elevados índices de mortalidad que registraba sino también porque afectaba a órganos importantes del cuerpo humano provocando entre los varones impotencia por ejemplo.

Estas enfermedades afectaron de manera notable a las poblaciones indígenas por la falta de una inmunización adquirida a causa del desconocimiento en este tipo de sociedades de medidas de protección. Un elemento que podemos destacar es que los indígenas no concebían el proceso de cuarentena tal y como lo entendían los europeos, para ellos esta práctica era culturalmente repugnante y se sentían en la obligación de visitar a los enfermos con las consecuencias funestas que esto provocaba. En referencia a los remedios indicados para atajar la enfermedad podemos citar la recomendación del consumo de azúcar, aceite, miel, uvas y carnes. También se recomendaron las sangrías.

La viruela y el sarampión como señala Montesinos en su Anales del Perú tuvieron una gran influencia en Cuzco. Casi todos los indicios muestran a Cartagena como el foco de la infección.

Relacionado con la enfermedad se produjo el despojo de las tierras cultivables a los indígenas. Los nuevos hacendados blancos aprovecharon la circunstancia del abandono de las tierras entre los indígenas por miedo a la enfermedad para apropiarse de estas, de esta forma los antiguos propietarios perdían la posibilidad de cultivar alimentos básicos con las consecuencias negativas que esto producía en sus cuerpos débiles.


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